ANDREA FLORES OLIVERA (Cusco, 1994) es artista visual con una especial predilección por las técnicas relacionadas con textil. Es integrante del colectivo “La Hora Tinta” desde el año 2019. El arte siempre estuvo presente en su vida por el estímulo familiar. Desde sus primeros años tenía un gran interés por el bordado. Estudió la especialidad de dibujo y pintura en la Escuela de Bellas Artes Diego Quispe Tito del Cusco, donde obtuvo la Medalla de Oro por la mejor producción artística en el año 2016. Participó en diversas exposiciones colectivas en Cusco, entre las que cabe destacar “Magna Peccatrix Ego Peccatrix”. Como principal referente artístico nombra a la artista peruana Ana Teresa Barboza. Andrea explora su identidad femenina andina inspirada en el arte textil. En su obra busca revalorarla y reintegrarse con sus raíces andinas. Adaptó la técnica del bordado para intervenir fotografías, método que marca su lenguaje propio. En sus recientes trabajos usa el hilo como recurso para crear el trazo gráfico sobre tela, “redibujando” en bordado imágenes fotográficas.
“Q’AYTU / YANANTIN”. Video arte / proceso artístico / catálogo audiovisual, 2021.
Para el Mundo Andino, todo necesita un par, en esa unión rige el principio de la dualidad. La obra retrata a dos personajes: un hombre y una mujer, bajo la metáfora del hilo llamado Q´aytu, en el que se fusionan dos hebras hiladas en diferentes direcciones. La artista manifiesta su agradecimiento y respeto a las comunidades de tejedores de Lares, Cusco (Choquecancha y Cachin), por ser su inspiración y ayudarle a conectarse con sus raíces. Admira lo interminable de su sabiduría plasmada mediante la textilería andina.
DEL ARTÍCULO “YANANTIN Y MASINTIN: LA COSMOVISION ANDINA” DE DAISY NÚÑEZ DEL PRADO BÉJAR:
El sistema andino comprende dos categorías principales: Yanantin y Masintin. La primera es el resultado de la aplicación de un principio de oposición complementaria, jerarquizada, interdependiente, asociada a las nociones de masculino y femenino. La segunda es el resultado de un principio de identidad, solidaridad y equivalencia asociada a la noción de homólogos existente entre hermanos del mismo sexo. Ambos principios son usados por el hombre andino para organizar el cosmos, operan simultáneamente y son entre sí opuestos y complementarios.La pareja conyugal andina tiene ante el mundo esa característica y es la primera acepción que se da a la palabra yanantin, como la unión varón-mujer, la que es la acepción básica de esta oposición en la mente del hombre andino.
El Q’aytu es otro símbolo de yanantin en el que confluyen varios pares de oposiciones. Es un hilo de dos hebras de diferente color, una de lana de alpaca y la otra de lana de llama, la hebra de alpaca es torzalada hacia la izquierda (lloq’esqa), la hebra de llama es torzalada hacia la derecha. Ambas se unen para formar un solo hilo de mucha resistencia, el cual es comparado a la vida de las personas. El Dr. Jorge Flores Ochoa, en un estudio sobre dualidad andina, registra que la alpaca se asocia a lo femenino, mientras que la llama esta asociada a lo masculino. El Q’aytu quita la tristeza, tiene poder para expulsar las aflicciones, las preocupaciones, es manipulado por los especialistas religiosos andinos para ponerlos en la muñeca de los niños pequeños y protegerlos del “susto”, en la muerte, antes de ofrecer un “despacho” en ruina de cosechas o en enfermedades animales para curarlos.
“Q´aytu”. Díptico. Fotografía transferida sobre tela, con bordado. 40 x 40 cm cada parte. 2021.
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