LA HORA TINTA PRESENTA ESTE PROYECTO QUE FORMÓ PARTE DEL EVENTO INDEPENDENCIA: BIENAL DE ARTE DE CUSCO 2021-2022. (https://bienaldecusco.art/)
ARTISTAS PARTICIPANTES (INTEGRANTES DEL COLECTIVO E INVITADOS): Edwin Chávez Farfán (Cusco) · Elvis Mena (Cusco) · Edwar Garcés (Lima-Cusco) · Fabrizzio Yabar (Cusco) · Cristian Dávila (Cusco) · Ale Wendorff (Lima) · Natalya Lizárraga (Cusco) · Daniela Farfán (Cusco) · Hugo Salazar Chuquimango (Callao) · Christian Bendayán (Iquitos-Lima) · Lennin Vásquez (Jauja-Lima) · Edson Chacón (Cusco) · Andrea Flores (Cusco) · Paolo Vigo (Trujillo-Lima) · Aurelio de la Guerra (Lima) · Gustavo Fernández (Cusco). CURADURÍA: Gustavo Fernández
Esta pieza artística es una gran obra gráfica colectiva, realizada por 16 artistas de Cusco y otros lugares del Perú, que interpreta diferentes épocas y acontecimientos de la secuencia histórica del Perú desde la época prehispánica a nuestros días. Cada artista ha elegido libremente su tema y retomó el proceso en el punto en el que lo había dejado su antecesor, sin saber exactamente el contenido de las imágenes anteriores, método inventado por los surrealistas y conocido como “cadáver exquisito”. Este método, usado en las artes visuales y en la poesía, puede ser entendido como una metáfora crítica del proceso histórico, en el que cada siguiente generación, líder o fuerza política actúa sin plena consciencia de las lecciones del pasado, de sus glorias, méritos, errores y crímenes.
MEMORIA GRÁFICA
Estamos tan habituados a la escritura como medio dominante para transmitir la historia, que nos olvidamos de todo el potencial espectro de otros lenguajes y formatos, siendo el lenguaje gráfico uno de los más antiguos y universales.
Poqen Kancha (o Poquen Cancha en la grafía castellana) fue un recinto religioso inca, ubicado antaño en las afueras de la capital del Tawantinsuyu, en lo que hoy se conoce como el barrio cusqueño de Puquín. Uno de los más valiosos tesoros de ese templo era una serie de imágenes, pintadas sobre tablas. La serie fue hecha por mandato del Inca Pachakuteq para honrar sus hazañas y las de sus antepasados. Así describe esa obra el cronista Cristóbal de Molina el Cusqueño: “…Tenían en una casa del Sol llamada Poquen Cancha, que es junto al Cusco, la vida de cada uno de los Incas y de las tierras que conquistó, pintado por sus figuras en unas tablas, y qué origen tuvieron; y entre dichas pinturas tenían asimismo pintada la fábula…” Otros autores que hablan de esas pinturas son Pedro Sarmiento de Gamboa y Bernabé Cobo.
Tanto el templo como la historia gráfica contenida en él, perecieron víctimas de la extirpación de idolatrías. Hoy se estila especular sobre el posible contenido de aquellas pinturas, su iconografía, su técnica y su trascendencia artística. Pero están perdidas por siempre. Alguna idea sobre su posible estilo y estética pueden dar las escenas históricas representadas sobre los qeros (vasos ceremoniales de madera), usados por la nobleza nativa cusqueña en la época colonial. Una analogía más reciente son las tablas de Sarhua.
Este proyecto toma el nombre de Poqen Kancha en alusión a la representación gráfica como medio expresivo para transmitir la memoria histórica, tejida de “verdades” y “fábulas”.
LOS RETAZOS HISTÓRICOS
Es posible entender la historia como un juego donde el instante presente se va desplazando, los individuos iluminados por ese presente somos conscientes del papel que nos toca desempeñar aquí y ahora, y todo lo anterior aparece como una acumulación sedimentaria de memorias, que sólo podemos percibir por disociaciones entre lo “veraz” y lo “mítico”. El futuro es una proyección posible de este desplazamiento sucesivo de momentos.
Imaginemos la posibilidad de unir los instantes en una secuencia total, compuesta de retazos compaginados uno a uno, hasta llegar a una forma colectiva resultante, que sólo el tiempo pueda revelarnos. Para que esta secuencia pueda concretarse, cada acción realizada, cada nuevo retazo, cada nueva capa de sedimento, se construye a partir del borde de la capa o retazo anterior, retomando la construcción desde el punto en el que fue dejada. En el proceso histórico, es el modo del que asimilamos el valor de las acciones realizadas por los que nos precedieron.
EL JUEGO DEL CADÁVER EXQUISITO
“Cadáver exquisito” es un recurso de creación colectiva, inventado por los surrealistas, que propone la elaboración de un único objeto artístico por varios participantes, a través de intervenciones sucesivas. Su lógica hace que quien esté interviniendo en cada etapa, no conozca más que el borde definido por la intervención previa, lo que hace imposible prever el resultado total de la obra hasta que esté concluida, dejando un gran margen del resultado al azar.
La técnica de “cadáver exquisito” se ha usado en diferentes versiones, tanto en el arte visual como en la poesía y la creación audiovisual.
En el transcurrir de la historia, cada generación siempre es consciente sólo en parte de la lógica y el significado de lo que han hecho las generaciones anteriores. Se mueve a ciegas y a menudo ignora por completo las consecuencias de sus acciones. Pero pone todo su empeño y espíritu en el momento presente. El resultado es una fusión de fragmentos.
SOBRE LOS BORDES
En esta propuesta es fundamental el concepto del borde, con el encadenamiento misterioso, donde los fragmentos previamente intervenidos representan un pasado inmediato, que espera el acople del siguiente instante. Cada nuevo segmento de la secuencia surge como una elaboración de un distinto artista interviniente, que a su vez da paso a su sucesor, hasta la culminación de la obra.
Las imágenes generadas mediante las participaciones individuales, son concebidas como fragmentos, o presentes instantáneos en desplazamiento constante hasta la conclusión del objeto artístico o unidad de memoria colectiva.
La noción del borde establece el área de intervención designada para cada artista, y el movimiento sucesivo de esta frontera genera el objeto artístico total. Para que este proceso tenga una lógica constructiva, debe nacer de un esquema previamente planificado, tanto en lo que concierne a su zonificación interna como a su emplazamiento físico.
SOBRE EL PROCESO
“Poqen Kancha” es una obra gráfica colectiva compuesta por intervenciones sucesivas de 16 artistas participantes, siguiendo la técnica de “cadáver exquisito”, donde cada nuevo participante sólo conoce el borde de la imagen hecha por su antecesor.
La obra total es una imagen digital que puede tomar forma de una pieza de arte urbano, al ser impresa en vinil adhesivo y colocada en un muro horizontal plano a un nivel donde sea fácilmente observable por los transeúntes. La imagen digital sirve también como base para la versión audiovisual de la obra (videoarte).
Antes del inicio del proyecto, cada artista integrante eligió un momento, acontecimiento o período de la historia del Perú, sobre el que prefería trabajar. De esa elección previa dependía la posición de su respectivo segmento en la secuencia total.
En la siguiente etapa, cada artista recibió un archivo digital en formato jpg, de tamaño estándar, donde la mayor parte del campo quedaba en blanco, pero del lado izquierdo estaba colocada una estrecha franja recortada de la intervención del artista anterior. Cada nuevo participante tenía que intervenir esa franja y crear una continuidad visual, sin saber el contenido total de los segmentos hechos por su antecesores. De este modo, la secuencia mantiene su naturaleza ambivalente de continuidad y fragmentación, característica de la técnica de “cadáver exquisito”.
Cada artista integrante del proyecto, a su elección, o bien ha intervenido el archivo recibido directamente en formato digital, o bien ha impreso la imagen a escala, respetando la proporción, y la intervino a mano, enviándola luego escaneada en alta resolución.
Precisemos que no se trata de una representación literal ilustrativa de la historia sino de una interpretación reflexiva, simbólica y metafórica, cuyos parámetros se dejaron a la libertad total de cada participante. Al final todos los segmentos fueron unidos en una sola gran imagen digital, usando como elementos de enlace las áreas superpuestas de las imágenes individuales.
El núcleo del proyecto está conformado por artistas integrantes del colectivo “La Hora Tinta”, que se encuentra en actividad desde el año 2018, y que tiene en su labor una fuerte presencia de técnicas gráficas. En el último año sus integrantes, a raíz de la actual situación sanitaria, han estado explorando diversos medios digitales. Se sumaron a ellos varios artistas invitados.
INSTALACIÓN DE LAS VERSIONES IMPRESAS
En diciembre 2021 tres versiones impresas de la pieza gráfica colectiva “Poqen Kancha / Perú Cadáver Exquisito” fueron instaladas en Cusco y Lima: en el Museo de Arte Crítico (MuAC), Centro Histórico de Lima; en el muro del Coliseo del Colegio Uriel García de Cusco, Av. Velasco Astete; en el Espacio Cultural K’ancharina (casa de Edwin Chávez Farfán, Cusco). Agradecemos el apoyo de: Jorge Acosta, Museo de Arte Crítico, Doris Coba, Edwin Chávez Farfán, Espacio Cultural K’ancharina, Marcel Cáceres, Alejandro Herrera , Marleni Pacheco, Colegio Uriel García , Prof. Edwin Zafra, Prof. Óscar Casafranca, Daniela Farfán, Ronal Cruz.